Bruxismo – Qué es y cómo tratarlo
El bruxismo es un trastorno en el que rechinas, crujes o aprietas los dientes. Si tienes bruxismo, es posible que, de manera inconsciente, aprietes los dientes cuando estás despierto (bruxismo diurno) o que los aprietes o rechines mientras duermes (bruxismo nocturno).
El bruxismo nocturno se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño. Las personas que aprietan o rechinan los dientes mientras duermen tienen más probabilidades de padecer otros trastornos del sueño, como roncar o realizar pausas en la respiración (apnea del sueño).
Es posible que no se requiera tratamiento para el bruxismo leve. Sin embargo, en algunas personas, el bruxismo puede ser frecuente y lo suficientemente intenso como para producir trastornos de la mandíbula, dolores de cabeza, daños en los dientes y otros problemas.
Debido a que puedes tener bruxismo nocturno y no ser consciente de eso hasta que se manifiesten las complicaciones, es importante conocer los signos y síntomas del bruxismo y recibir atención odontológica regular.
Tratamientos contra el bruxismo
Si bien el bruxismo en estados iniciales pasa, en muchas ocasiones, desapercibido por la persona que lo padece, una vez diagnosticado el tratamiento es relativamente sencillo.
Férulas de descarga
La solución más común es la colocación de una férula de descarga para restablecer el equilibrio de las cargas masticatorias y reducir la tensión en las mandíbulas.
Ajustes en la mordida con ortodoncia
En los casos en los que el bruxismo viene provocado por una maloclusión o una inestabilidad oclusal, el tratamiento más adecuado será la ortodoncia.
Bótox
Para casos de bruxismo muy severo, las infiltraciones de bótox pueden ayudar a relajar la musculatura facial y mandibular.
Fisioterapia
De forma complementaria al uso de la férula, la terapia fisioterapéutica con masajes faciales contribuye a paliar el dolor.
Cirugía maxilofacial
Aunque la cirugía también puede corregir el bruxismo, ha de considerarse el último recurso dada su complicación y el proceso de recuperación posterior.
Sin embargo, la mayoría de los casos en los que se da el bruxismo, viene determinado por una causa relacionada con el estrés o la ansiedad.
Es por ello que podemos recurrir a algunos remedios caseros para ayudar a controlar dicho estado mental.
Peeeeero…
Antes de comenzar a enumerar algunos consejos que ayuden a mitigar los efectos del bruxismo, es importante matizar que dependen por completo del estilo de vida y hábitos.
Es esencial que el paciente tome consciencia de su problema para buscar una solución que vaya encaminada a reducir el estrés o la ansiedad causante del rechinamiento:
- Reducir la actividad a partir del atardecer.
- Descansar entre 60 y 90 minutos antes de ir a dormir.
- Tratar de no dedicar tiempo a pensar en preocupaciones antes de acostarte.
- No realizar ejercicio físico después de las 18 horas. No obstante, sí conviene que se realice ejercicio durante el día para destensionar.
- Evitar el café, té, alcohol y las comidas copiosas antes de dormir.
- Intentar no fumar, o al menos reducir el consumo de cigarrillos, a partir de las 19 horas.
- Crear un ambiente fresco, agradable y tranquilo en el dormitorio.
- Aplicar hielo o calor húmedo en la mandíbula para calmar el dolor.
- Evitar comer alimentos muy duros para no forzar la mandíbula.
- No masticar chicle.
- Tomar mucha agua.
- Realizar estiramientos de los músculos de la boca.
- Mantener una dieta rica en calcio que ayude a proteger el esmalte.
Atención, complicaciones
En la mayoría de los casos, el bruxismo no causa complicaciones graves. No obstante, el bruxismo intenso puede provocar:
- Daños a los dientes, las restauraciones, las coronas o la mandíbula
- Dolores de cabeza relacionados con la tensión
- Dolor de cuello o facial intenso
- Trastornos que aparecen en las articulaciones temporomandibulares, que se encuentran justo delante de los oídos y que pueden sonar como un chasquido cuando se abre y se cierra la boca
Nuestra recomendación.
Si sientes algunos de estos síntomas:
- Rechinar o apretar los dientes, con un sonido que puede ser tan fuerte como para despertar a la persona que duerma contigo
- Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos
- Esmalte dental desgastado, por lo que se ven las capas más profundas de los dientes
- Mayor dolor o sensibilidad dental
- Músculos de la mandíbula cansados o rígidos, o mandíbula trabada que no se puede abrir o cerrar por completo
- Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
- Dolor similar al dolor de oído, pero que no es un problema del oído en realidad
- Dolor de cabeza sordo que comienza en las sienes
- Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
- Alteración del sueño
Acudir directamente a un especialista, como nuestro departamento de odontología.
Pero antes, recuerda sobretodo, seguir los hábitos saludables y nuestros consejos para que nunca estas situaciones lleguen a mayores.
¡Un saludo!