ANÁLISIS CLÍNICOS
Objetivos de un análisis clínico
El análisis clínico se realiza con el objetivo de prevenir enfermedades, e investigar y confirmar diagnósticos que pueden interferir con el ritmo de vida de una persona. De esta manera, en caso de presentar alguna afección, te da la oportunidad de controlarla con normalidad, ya que le indican al especialista si el paciente es víctima de alguna enfermedad y en caso de serlo, iniciar con el tratamiento adecuado.
Análisis de sangre
Conocido también como hemograma, se realiza periódicamente y ayuda a medir la composición de la sangre, teniendo como base los marcadores del campo de la hematología.
Una correcta interpretación de un análisis de sangre, puede evitar que una persona sea víctima de alguna afección a largo plazo.
Análisis bioquímicos
El análisis bioquímico se realiza con el objetivo de conocer los parámetros de sustancias como la sangre y la orina.
En la orina se buscan y estudian las afecciones urinarias que puede presentar un individuo.
Mientras que en la sangre, suele realizarse el mismo procedimiento, salvo que con esta última los resultados suelen interpretarse con mayor facilidad.
Análisis microbiológicos
En estas pruebas son analizados los hongos, virus y bacterias con el fin de diagnosticar algunas patologías infecciosas.
Para realizar este tipo de análisis, es posible que se soliciten muestras de heridas, orina y heces.
El análisis microbiológico, además puede ayudar a determinar la sensibilidad que experimenta un individuo ante la ingesta de antibióticos.
Análisis genéticos
Este análisis requiere la examinación de una muestra de cabello o de sangre para hallar las posibles mutaciones genéticas o anomalías que puede presentar una persona, teniendo como base el estudio del ADN.
Ese tipo de análisis también suele realizarse en recién nacidos para hallar alguna enfermedad y combatirla a tiempo.
Análisis clínicos en Málaga
Los análisis de clínico sangre y orina generales no se suelen realizar como prueba para hacer un diagnóstico de una patología o enfermedad, para ello existen análisis más específicos, pero sí dan pistas de que algo no va bien cuando los resultados están alterados.
Cuando llegamos a cierta edad, entre los 25 y los 35 años hay que empezar a vigilar algunos indicadores mínimos como el azúcar, colesterol, hierro, ácido úrico, plaquetas, etc. aunque no se tenga ningún síntoma o dolor que haga sospechar de alguna enfermedad o problema físico. A partir de los 35 y hasta los 45 hay que ir realizando controles de análisis clínicos cada tres a cuatro años y asegurarnos de que los niveles se mantienen dentro de los estándares marcados y, en el caso de resultar alterados, el médico que revise los resultados de los análisis puede realizar las pruebas complementarias oportunas con el objetivo de detectar la causa de la anomalía y empezar el tratamiento apropiado la antes posible, evitando así posibles complicaciones en el futuro.
El perfil básico es un análisis de sangre y orina que controla los valores mas importantes, es decir, aquellos que son imprescindibles para ofrecer una idea general del funcionamiento de nuestro cuerpo. Se recomienda a personas muy jóvenes ( asociados, herencia familiar, mala alimentación, vida sedentaria, sobrepeso, hábitos tóxicos como el tabaco o el alcohol, etc.).
La analítica básica también puede servir como medio de control de la salud de un paciente que aparentemente no padece ningún síntoma médico. Una análisis clínico básico tiene en cuenta diversos parámetros médicos:
• El hemograma es un análisis de todos los componentes de la sangre: la hemoglobina, los glóbulos rojos o hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas, entre otros. Sirve para determinar si las concentraciones de cada componente son las adecuadas y descartar así múltiples enfermedades.
• La glucosa, también llamada glucemia o azúcar en sangre. Especialmente útil en la detección y control de la diabetes. • El colesterol total, HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo). Son las grasas presentes en la sangre. Su control es muy importante para valorar el riesgo cardiovascular y actuar en consecuencia a tiempo.
• La creatinina, indicador de la función renal, es decir, de si los riñones funcionan correctamente. Cuando hay daño renal, la creatinina se eleva, pues es una sustancia de desecho que los riñones deben filtrar y expulsar a través de la orina, y si no lo hacen es debido a un mal funcionamiento del órgano.
• GOT y GPI, son las transaminasas más importantes (enzimas que cumplen la función metabólica dentro de las células). Si sus valores se muestran alterados, indican una inflamación del hígado o un mal funcionamiento de este debido a múltiples causas de diversa gravedad: ingestión de sustancias tóxicas, hepatitis, cirrosis, etc.
• La sideremia es la cantidad de hierro que circula por la sangre, aunque este parámetro no aporta información sobre las reservas de hierro almacenadas en el cuerpo. Una sideremia baja indica una posible anemia ferropenica (falta de hierro).
• Análisis de orina con sedimento. Se trata de analizar una muestra de orina para detectar alteraciones que puedan ser indicativas de una enfermedad: se mira el PH y se busca la presencia de acetona, proteínas, sangre, leucocitos, cristales o bacterias, y se comprueba la normalidad de las células presentes en la muestra.