Disfunción de la articulación sacroilíaca
Esta hace referencia a aquel dolor producido en las articulaciones sacroilíacas, como su mismo nombre lo dice, el cual puede ser producido al moverse mucho, o muy poco. Esta “hipermovilidad” en las articulaciones se produce cuándo los ligamentos que sostienen las articulaciones están “flojos”.
Esta disfunción se puede identificar cuándo se siente un dolor excesivo a nivel de la nalga, el cual puede llegar a extenderse hasta la ingle. En el caso de que este dolor se produzca por falta de movilidad, también se produce el dolor en la nalga, pero este baja pudiendo llegar hasta el tobillo.
Si esta patología no es tratada de manera oportuna, provocará una pérdida de movilidad paulatina en algunas personas, además de esto, el dolor causado puede provocar severas afecciones psicológicas en algunas personas, siendo la más común la depresión.
Enfermedad degenerativa de disco
Esta, aunque su nombre lo diga así, no es una enfermedad degenerativa, sino un término utilizado para describir aquellos cambios normales que suceden en los discos vertebrales a medida que se va envejeciendo.
Aunque es un proceso “natural” de nuestro cuerpo, esta misma puede causar un fuerte dolor, el cual puede ser más grave debido a una lesión. La discopatía degenerativa puede llegar a limitar tu actividad física si no es tratada a tiempo, e incluso, en algunos casos, la misma debe ser tratada a través de una cirugía.
Lesiones de meniscos
Estas son lesiones en las cuales los meniscos se rompen o se debilitan, esto produce en dolor, el cual puede variar en intensidad dependiendo de la gravedad de la lesión, pero que puede ir provocando la movilidad parcial, o incluso total de la rodilla.
Las lesiones de meniscos suelen provocar un dolor que se ubica en la parte exterior o interior de la articulación de la rodilla. Esto dependiendo del menisco que se haya llegado a dañar. Cuándo ocurre, puede sentir un chasquido o una sensación de bloqueo en la rodilla.
Esta es una lesión que puede ser común en personas mayores debido al desgaste que han tenido sus meniscos, pero también pueden ocurrir por golpes que lleguen a girar bruscamente el pie.